fbpx

Hábitos de Hidratación Adecuados

La actividad física se reconoce hoy en día por todos los expertos como una herramienta básica de promoción de la salud. En efecto, realizar algún tipo de ejercicio conlleva una indudable mejora para nuestra salud física y mental.

Cuando practicamos actividad física, nuestro cuerpo regula su temperatura a través del sudor y desprendemos mucho más con las altas temperaturas. Hasta aquí todo es obvio, pero, si sabemos que perdemos líquidos, ¿por qué en muchos entrenamientos la hidratación pasa a un segundo plano?

Hidratarse de forma correcta es fundamental en todo momento, pero sobre todo cuando se desarrolla una actividad física. Es importante no olvidarse de este punto, puesto que la deshidratación aumenta la sensación de pesadez y cansancio y dificulta la práctica deportiva.

Pero más que para mejorar el rendimiento físico, la hidratación debe tenerse en mente por cuestión de salud. Si no se reponen estos líquidos y minerales, la falta de hidratación conllevará consecuencias negativas: aumento de la frecuencia cardíaca, hipertemia, calambres, cefalea.

Hay que tener en cuenta:

  1. La duración de la prueba o entrenamiento
  2. La intensidad con la que se practica
  3. Las condiciones climáticas externas (humedad y temperatura)

Por tanto, mantener unos hábitos y pautas de hidratación adecuados, juegan un importante papel en el desarrollo de cualquier actividad física o deportiva, pues mediante ella se:

  1. Facilita el transporte de nutrientes, vitaminas y minerales por el organismo.
  2. Activa las enzimas esenciales para suministrar la energía que necesita el cuerpo.
  3. Favorece la eliminación de impurezas y toxinas del organismo.
  4. Lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y articulaciones.

Para obtener un buen rendimiento deportivo, mantener un equilibrio hídrico constante y evitar la deshidratación, se recomienda ingerir las siguientes cantidades de agua:

  1. Antes: 500 ml 1-2 horas previas.
  2. Durante: 100-200 ml cada 15-20 minutos.
  3. Después: alrededor del 150% del peso perdido.

Beber mucha más agua de la que necesita puede provocar una disolución de las sales corporales conocida como hiponatremia. Los síntomas de la hiponatremia son confusión, desorientación, dolor de cabeza que empeora, sensación de enfermedad, vómitos, des coordinación y calambres musculares.